Hoy ha sido un día muy largo y cansado. La noche, que de por sí no me es fácil, tuvo más jaleo que de costumbre. En el trabajo tampoco ha sido un día fácil. Hace unos días sí le daba más vueltas a los quesos que a las cosas, pero a medida que el día a día se convierte en rutina, vuelvo a darle más vueltas a las cosas que a los quesos...
Hoy mi mente me ha llevado a Edimburgo, a la libertad que sentí cuando fui solo, en plena pandemia, a descubrir esta ciudad escocesa. Recuerdo con especial cariño la tarde que, después de un free tour me fui con las chicas, el guía y la gente que conocí a tomar algo en el puerto, en el barrio de Leith. Allí, en un Sainsbury's compramos algo de beber, pusimos Estopa en un altavoz y, simplemente, fuimos la gracia y el sol que le falta al Reino Unido. Hablando de sol... ha vuelto. La luz, las ganas, la alegría, sus rizos, su sonrisa, su lunar del dedo de la mano. Todo.
Ha vuelto con todo, con ganas y con amor... Aún no lo entiendo, no entiendo cómo ese corazón puede abarcar tanta bondad y cariño. Ya se lo he dicho, pero es que es verdad, es la mejor persona que conozco. Tengo tantas ganas de que todo salga, de que sea nuestro momento y nuestro tiempo y que llegue con naturalidad, fluyendo... Como está ocurriendo todo. Me da un poco de miedo reconocerlo, pero todo lo que he sentido por ella, NO se fue en ningún momento. Y tendría que haberse ido, pero no. Así que es el momento de demostrarle quién y qué quiero ser, demostrar que la merezco y que podré cuidarla siempre, que a su lado, como pareja, como equipo.. somos invencibles.
Te quiero, te quiero libre y que tu libertad me escoja, siempre..
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