Sentimientos recorren mi mente mientras pienso en música. Música que me hace sentir persona, sabiendo lo inútil que sería una vida sin banda sonora. Desde el tan sencillo ritmo de un bombo y una caja, a la complejidad, creando un orgasmo musical a todo amante de la música que siento al escuchar “El dúo de las flores” de Delibes. Es una sensación indescriptible, grata, imposible de experimentar con otras facetas que nos ofrece la vida, el poder escuchar. Sencillo, pero admirable. Todos recordamos momentos especiales vividos con música, sin ellos, sería imposible.
Somos dueños de nuestro corazón, el órgano más sincero, así que alimentadlo de melodías bellas, que sean dignas de recordárselas a tus nietos. Memorable. Hoy, como siempre cuando escribo, escucho, ya que es el mejor ejercicio psíquico. Escuchad y aprended.
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