Es triste reconocer que lo que más piensas en todo el día, es en la soledad. No poder evitarlo duele aún más, ya que percibes que no hay nada más allá. Es el sentimiento más normal en tu mente, el que más odias, y el más fuerte. Imposible es separarse de él. Lo intentas, pero te supera con creces. Quieres convertirte en un ser autista, pero no. En ese instante, ella aperece en tu mente, iluminando tus ideas, tu vida. Ahora viene lo difícil, aferrarse a ella, mantenerla en tu vida como principal apoyo, queriéndola.
Por los hombres que aún sabemos y queremos amar, como lo hicieron nuestros abuelos, por ellos, los que de verdad merecen la pena. Pueden huír de esa soledad abrumadora tan sólo con una sonrisa de su razón de vivir. Por ellos, nosotros, los que no sentimos sin complejos.
Gracias, Eva, por iluminar más de una vez mi camino.
Jorge, como me has invitado, he pasado por aquí para dejarte mi felicitación ante tus palabras que más que letras, denotan sentimientos, colores, sonrisas, llantos...
ResponderEliminarMe parece loable la capacidad de cualquier persona que tiene la valentía de detener su tiempo y dejarse llevar por la locura y la catarsis de abrirse el alma con sus manos para decir qué siente.
Es simplemente el valor de la literatura: el piloto de un avión que se precipitaba al vacío quiso,antes de morir dejar una nota que concluía:" Escribo a ciegas..."
Escribir, amigo mío, es lo que tú haces, lo que hizo ese piloto escribir porque se siente, sin la necesidad de que otros tengan que leerte.
Gracias por compartir conmigo un pedacito de ti.
Me enorgullece haber sido una vez tu "seño".
Un abrazo, Mary.